viernes, 25 de junio de 2010

CARTA ABIERTA A MIGUEL SEBASTIAN

Sé de sobra que soy un ingenuo pero no me resisto a que por lo menos los que me seguís de vez en cuando lo paséis bien con mis divagaciones.
Hola Miguel.
Creo que lo más acertado es saludarte y tutearte porque entiendo que es el tratamiento más cercano entre colegas, no en vano, ambos somos profesores, aunque tu situación coyuntural esté en las altas esferas.

Te remito estar quejumbrosa misiva abierta, confío en que alguien te la haga llegar, para ponerte al corriente de algo que con toda seguridad ya sabes, y es el abuso de ciertas compañías directamente relacionadas con la competencia del Ministerio que tu comandas.

Sé de sobra de la influencia de esas empresas, de los poderes que ostentan, de las oscuras maniobras que emplean, de los dominios que esconden. A pesar de todo esto, creo que va siendo hora de pararles los pies, al igual que a las eléctricas, compañías de gas, y demás monopolios encubiertos y practicados en contra del libre mercado que tanto predican.

Eso se resolvería de una forma muy simple, amigo Sebastián. Es tan sencillo como incorporar un pequeño artículo en la correspondiente Ley de Consumo que recogiese algo como esto:

Aquellas entidades que realicen contrataciones por vía telefónica, que tengan un volumen de quejas por encima de % de su facturación o contratación y que no tengan un número gratuito de teléfono para cursar las quejas de sus clientes, tendrán la carga de la prueba debiéndose resolver las quejas en un plazo máximo de 15 días desde que se cursa en la oficina competente. Esta disposición será aplicable a aquellas empresas desde el momento que se cumplan los mencionados requisitos, o que el Ministerio competente estime que lo van a cumplir hasta 3 años posteriores desde que dejen de cumplir esos requisitos”.

Supongo que entenderás que en estos momentos estoy con problemas con una de esas compañías, concretamente Telefónica, o como quieren llamarse ahora, no sé por qué, Movistar. Si me echases una mano para solucionar el contencioso no estaría de más, te lo aseguro.

Disfrutando de mi ingenuidad y sin otro particular, me despido de ti con un fuerte abrazo, poniendo en tu conocimiento que muchos amigos seguirán paso a paso los acontecimientos gracias al mágico mundo de la red.

No hay comentarios:

Amigos