lunes, 8 de agosto de 2011

LA EXPLICACIÓN DE DEJAR LAS CLASES


Supongo que a muchos os ha extrañado mi decisión de dejar de dar clase y me veo en la obligación de dar una explicación de ello.

1. En primer lugar, si se quiere dar clase de forma adecuada, esta labor supone un gran esfuerzo físico.
Es realmente cansado estar tres, seis, e incluso nueve horas de pide, y si además se intenta mantener un cierto dinamismo en la clase, moverse constantemente, subir y bajar la voz, borrar con rapidez la pizarra, etc., etc., etc.
En estos momentos mis fuerzas no llegan a alcanzar estas exigencias, amén de un pequeño problemilla de salud, que en otras circunstancias lo solventaría, como ya he hecho en otras ocasiones.

2. En segundo lugar, el dar una buena clase también exige un sobreesfuerzo mental. El dar una buena clase no es una rutina, como algunos piensan. Supone un grado de concentración poco usual ya que simultáneamente hay que estar atento a lo que se está contando para no meter la pata, y por otro a las reacciones de los alumnos para marcar un ritmo adecuado a cada uno de los grupos, a las exigencias que marcan las personas que están escuchando para mantener su interés. Muchos me preguntabais si no me aburría, y aquí tenéis la razón del por qué no. Aunque el temario sea el mismo, no hay dos clases iguales.
Por diversos motivos ahora no estoy capacitado para extenuarme psíquicamente en las clases y luego seguir con otras labores y circunstancias.

3. El alumnado ha cambiado radicalmente en estos últimos años. Hasta ahora había una simbiosis entre vosotros y yo. Yo absorbía de vuestro interés y ganas de aprender y yo os daba de comer conocimientos, aunque no siempre fuesen todo lo útiles que desearíais. Ahora el único interés es ver dónde nos vamos de juerga los jueves, viernes, sábado y domingo, cuando no cualquier día de la semana y podernos emborrachar. El reproche no está en que nos vayamos de juerga, que eso nunca viene mal, sino en que sólo se piensa en eso. La recriminación fundamental es que sólo se vive para el móvil y fundamentalmente para lo que he comentado antes. No digo que antes todos éramos muy buenos y ahora todos muy malos. Como es normal siempre hay excepciones. Lo que quiero decir es que ha habido un giro radical en el número de personas que demuestran una total apatía en lo que es la carrera y el ansia de conocer.

4. No sé quién ni por qué han destruido la Universidad. Lo que se está logrando, mejor dicho, lo que ya se ha comenzado a lograr, es formar universitarios sin preparación para que nunca puedan llegar a tomar verdaderas decisiones y, sobre todo, sin espíritu crítico, sin una formación humana que siempre es molesta para algunos. Se ha roto el interés por conocer, la necesidad de saber más allá del aprobado (ahora es muy fácil), la exigencia de superar retos para vencer dificultades, el compañerismo que eso forjaba. Se están consiguiendo auténticos becerritos cuyo único objetivo es llegar hasta donde les dejen en lugar de forjarse un futuro.


5. Por último. Para poder rendir al máximo, con estas dificultades, se necesitaría un ambiente de trabajo óptimo, que ahora mismo, por circunstancias que no vienen al caso, ni mucho menos se dan.

Como comprenderéis ha sido una decisión muy difícil porque han sido muchos años, más de veinte años donde, como es lógico, ha habido momentos mejores y peores.
Desde luego, si pongo en una balanza unos y otros ganaría con meridiana diferencia los buenos. Ganarían, por una parte, porque me ha dado de comer (esto nunca está mal); pero sobre todo, ganaría porque he conocido a muchas personas, muchas personas que con el tiempo han pasado de alumnos a auténticos amigos. Amigos con los que no compartimos demasiado tiempo físicamente (tenemos pendientes varias “quedadas”), pero que todos sabemos que estamos allí y al menos por teléfono, por el face ese, o por correo electrónico seguimos sabiendo que nos podemos ayudar en caso de necesidad.
Me gustaría nombraros a todos, desde los más maduros, que algunos habéis rebasado la sesentena, hasta los más jovencitos que apenas pasáis los veinte. No. No lo voy a hacer porque creo que violaría la Ley de Protección de datos y porque sería una lista demasiado grande. Sabed que al escribir esto os tengo a todos presentes y os recuerdo. Eso ha sido lo más importante de haber dado tanto tiempo clase, el haber podido conocer y mantener el contacto y la amistad a lo largo del tiempo con personas tan diferentes y variopintas que (joer que casi se me saltan las lágrimas)…………..

Sí quiero que quede una cosa clara. El dejar de dar clase sólo supone eso, dejar de dar clase. No debe suponer ningún cambio en nuestras relaciones. Tened claro que siempre podéis contar conmigo como lo hacíais simplemente ayer.

HASTA NUNCA O HASTA ………………A LAS CLASES.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué pena Satur, eres un profesional y lo has demostrado, muchas gracias por lo que nos has aportado, tanto en conocimentos como personas, espero que nos vemos pronto, en las aulas, en la calle o donde sea!

Anónimo dijo...

No quiero ser egoísta, pero en parte, me alegro de la decisión.Al menos, los huecos que dejan los que no quieren aprender nos sirven para los que queremos saber algo más...Creo que mas que una despedida puede ser un nuevo comienzo. Así que suerte en todo lo que emprendas....que no es casi na'.... ;). todavía me pregunto como organizas tu tiempo para hacer tantas cosas.

Anónimo dijo...

stur!!! a ti te debo mis conocimientos en fiscalización q tanto me estan ayudando en mi carrera profesional!!! el alumnado de la ucm se pierde un gran docente!!
entre los q hemos disfrutado de tus clases seras eterno!! un abrazo y suerte!!

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con tus palabras, se están perdiendo muchas cosas y da verdadera pena...

Por mi parte me alegro un montón de que me dieras clase y consiguieras que aprobase esas asignaturas que tanto se me atragantaron. Eres un verdadero profesional.

Un abrazo y mucha suerte.

Anónimo dijo...

Eres un cuentista amigo Satur, me da a mi que cuentas nada mas que lo que te interesa.....

Anónimo dijo...

Satur, muchisima suerte en los proyectos que ahora comiences o ahora retomes!!
Está claro q en tus clases había un algo especial que no dejaba impasibles al alumnado.
Te deseo lo mejor y mil gracias por lo que siempre me ayudaste!
Un abrazo GRANDE

Pilo dijo...

Claro y transparente. Te entiendo, Satur. Aunque dejes de dar clases, siempre serás profesor, y siempre escucharemos tus enseñanzas. Un besote

Fer Rodríguez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Fer Rodríguez dijo...

Satur ya te he escrito por Facebook. Y te vuelvo a escribir por aquí. Para mí la gente como tú son gente de admirar. En una sociedad en la que ya no se le pone ilusión a nada, es de admirar gente como tu. Gente que hace su trabajo con ilusión y que además tiene mil inquietudes más.

No puedo negar que me ha dado mucha pena tu decisión al saber que ya ningún alumno va a poder disfrutar de las clases, y de la persona que yo tuve la oportunidad de conocer.

Por favor, infórmanos de tus movimientos...

abrazo!,

Anónimo dijo...

Al pricipio pense la gran suerte que tuve de tenerte como profesor pero realmente despues me di cuenta que no era asi sino que la suerte fue conocerte personalmente.

Gracia AMIGO por ser como eres y ya sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites.

Un abarazo fuerte y el jueves te veo.

Anónimo dijo...

Satur, es, ha sido y será un gran profesor, porque aunque ha dejado las clases, ser un buen profesor nunca se puede dejar y nos lo demuestra cada vez que le llamamos con alguna duda, aclaración o recomendación, yo lo hago y mucho.
Pero no es lo que creo que tengo que destacar de Satur en estos momentos, no es lo que le caracteriza a mi modo de entender, lo que define a Satur es que es una de las mejores personas que he conocido y conoceré, por eso me enorgullece haber sido alumno suyo pero mucho mas ser además su amigo.
Tengo una propuesta que hacer y que espero todos respaldéis y es que me gustaría que se despidiera como se merece dando una clase magistral sobre el tema que él elija.
Un saludo a todos.
Gustavo.

Anónimo dijo...

Los motivos son innecesarios cuando el motivo principal es que te vas. Te vas porque lo decides y yo he podido estar contigo en tu ultimo año en la academia y la verdad es que eso me supone una autentica satisfaccion. Se nota que te gustaba lo que hacías y no merecemos justificación alguna porque los que hemos obtenido algo de ti lo unico que mostraremos siempre es agradecimiento por tu tiempo y dedicación, siempre brillantes. Un abrazo fuerte de una que se quedo sin recibir un libro prometido. ELENA

Amigos